Cuando en 1726 Henry Somerset (con tan solo 19 años de edad), tercer duque de Beaufort, encargó esta pieza, probablemente no imaginó que casi 300 años después se convertiría en el mueble más caro del mundo.

Se trataba del Cabinet Badminton, un mueble secrétaire de 3,86 cm de alto realizado por 30 maestros artesanos en Florencia, cuya fabricación llevó la friolera de 6 años.
Su construcción es perfecta y todos sus elementos decorativos se realizaron con materiales nobles, ébano, bronce dorado al fuego, piedras duras como ágata, calcedonia, amatista, cuarzo, lapislázuli y jade rojo y verde.

Los cabinets fueron muebles de mucha aceptación en los siglos XVII y XVIII, se les llamaba «muebles joya». Éste en concreto incorporaba una novedad en la parte superior, el reloj.
En 1990, Barbara Johnson (sí, la señora de los champús Johnson & Johnson), lo adquiere en la casa de subastas Christie´s por 8.850.000 libras, conviertiéndose en el mueble más caro del mundo vendido en subasta.
«El mueble es una verdadera pieza maestra que combina el arte de la arquitectura, la escultura, la pintura y lo que en Italia se conoce como el arte de la pietre dure (mosaicos con pequeñísimas teselas de mármol que forman figuras)», Charles Cator, Christie´s, Londres.
En 2004 vuelve a salir a subasta y es comprado por Hans-Adam, príncipe de Liechtenstein, para el Museo de Liechtenstein de Viena por 19.045.250 libras, convirtiéndose por segunda vez en el mueble más caro de la historia.
Como curiosidad, en Liechtenstein sacaron hasta una serie de sellos con detalles del cabinet.
Y hasta aquí la historia de la que probablemente sea la pieza más importante de las artes decorativas.
¿no os habría encantado ver a esos 30 maestros artesanos fabricando cada pieza al milímetro?
¡Feliz jueves!